Rusia ha anunciado oficialmente el fin de su participación en el Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE). Este tratado, que Rusia había denunciado en mayo, ha sido abandonado oficialmente a las 00.00 horas del 7 de noviembre.
El FACE, que fue suspendido en 2007, ha sido descrito por la diplomacia rusa como un documento jurídico internacional que ahora pertenece a la historia. Junto con el FACE, otros dos documentos también han perdido su vigor: el Acuerdo de Budapest de 1990 y el Acuerdo de 1996.
El FACE, una vez considerado la piedra angular de la seguridad europea, eliminó la ventaja cuantitativa de la Unión Soviética en armas convencionales en Europa. Estableció límites iguales en la cantidad de tanques, vehículos blindados de combate, artillería pesada, aviones de combate y helicópteros de ataque que la OTAN y el Pacto de Varsovia podrían desplegar entre el océano Atlántico y los Urales.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso ha subrayado que la preservación formal del Tratado FACE se ha vuelto inaceptable desde el punto de vista de los intereses fundamentales de seguridad de Rusia. La declaración añade que los intentos de garantizar la seguridad militar en Europa sin tener en cuenta los intereses de Rusia no conducirán a nada bueno para sus promotores.
Rusia concluye su participación en el FACE sin pena y totalmente segura de que le asiste la razón, según el Ministerio de Asuntos Exteriores.
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