La selección italiana de fútbol, vigente campeona de Europa, espantó los fantasmas de pasadas eliminaciones y vuelve a depender de sí misma para lograr el billete directo para la Eurocopa de Alemania, tras imponerse esta martes por 2-1 a Ucrania con un doblete de Davide Fratessi.
Un triunfo que supuso el primero desde la llegada al banquillo de Luciano Spalletti, que se hizo cargo de los «azzurri» a finales del pasado mes de agosto tras la inesperada marcha de Roberto Mancini con destino a la selección de Arabia Saudí.
Cambio que ya comienza a notarse en el juego del conjunto italiano, que destacó, sobre todo, en el tramo inicial del primer tiempo por la asfixiante presión alta que tanto le gusta al exentrenador del Nápoles.
Un trabajo que no tardó en dar sus frutos a los transalpinos que a los doce minutos de juego se adelantaron en el marcador con un gol de Davide Frattesi, que convirtió en el 1-0 un robo de balón de Mattia Zaccagni tras un inoportuno resbalón de Georgiy Sudakov.
Tanto que no aplacó la intensidad de los jugadores ucranianos que siguieron presionando la salida de balón de un conjunto ucraniano incapaz de pasar del centro del campo.
Pero la nueva Italia de Spalletti no es sólo trabajo y cuenta también con una notable dosis de calidad, como la que destila en cada una de sus acciones el atacante Nicolo Zaniolo, que a diferencia de lo ocurrido el pasado sábado en Macedonia, donde los «azzurri» no pudieron pasar del empate, esta vez sí actuó como titular.
De hecho, el delantero del Aston Villa inglés jugó un papel fundamental en el segundo tanto del equipo italiano, tras servir a los veintinueve minutos de juego un balón al corazón del área que Fratessi, pese a un mal control inicial, convirtió en el 2-0.
Un tanto que inicialmente no concedió el colegiado al estimar que el jugador del Inter estaba en fuera de juego, una decisión que se encargó de corregir el video arbitraje que demostró que Frattessi estaba en posición legal.
Marcador que pareció relajar a la selección italiana, que no solo bajó la intensidad de su presión, sino que comenzó a caer en peligrosas faltas de atención, que convirtieron en un choque de ida y vuelta, un encuentro que los de Luciano Spalletti tenían hasta entonces perfectamente controlado.