Como en la final de la Liga de Campeones, un misil de Rodrigo Hernández le valió la victoria al Manchester City (1-3), que se había adelantado por medio de Erling Haaland, que también falló un penalti, y estuvo cerca de regalar dos puntos tras un taconazo inexplicable de Kyle Walker en su propia área.
Los ‘Sky Blues’, sin Pep Guardiola, que se recupera de una operación en la rodilla, solventaron un partido completamente inclinado hacia su lado, pero en el que no encontraron una forma de desatascar a los ‘Blades’ la media hora final y después de que Haaland viviera una pesadilla de 60 minutos.
El noruego, que tocó la pelota seis veces en la primera parte, falló su primer penalti con el City, después de siete marcados, al encontrarse con el palo tras una pena máxima por mano de John Egan.
Haaland estaba enfadadísimo y los continuos agarrones y empujones de los defensas del Sheffield United, además de los abucheos del público, no le ayudaban. Incluso, ya en la segunda parte falló un gol cantado, de esos que no se le escapan, tras un centro de Kyle Walker que remató desviado desde la frontal del área pequeña.
Esa ocasión precipitó la avalancha de ocasiones del City, que tuvo un disparo de Rodrigo cerca del palo, y dos paradones de Foderingham a Haaland y a Álvarez.
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